jueves, 17 de mayo de 2012

Reloj del tiempo.


De la infancia…
Corría el año 1992 cuando Sara, una niña graciosa y alegre, aunque un poco ‘embobada’, hacía un viaje junto a su familia. Iban a Casa la Reina, el pueblo de su bisabuela, justo el día en que se celebraba su cumpleaños.
No era la primera vez que pisaba aquellas tierras, pero si la primera de la que tenía recuerdos.
En las horas de juego, solían llevarla al parque. Allí, pasaba todo el tiempo haciendo travesuras, conociendo niños y decidiendo los pasatiempos. Si, era un poco mandona.
Pero cuando más y mejor disfrutaba era con la compañía de su hermano mayor. Ella, con un triciclo. Él, con una bici. Y uno detrás el otro jugaban a las carreras, al pilla-pilla o simplemente, a montar. 
En la fotografía, disfruta de unos deliciosos Triskys (su bolsa favorita), mientras el resto de la familia compartía anécdotas en una terraza, acompañados de una buena cerveza. 


…a la madurez.
Ya en el 2012, y con veinte años más, Sara sigue por el mismo camino. Bueno, el ‘embobamiento’ lo ha cambiado por la bordería. 
Nació un bonito y nevado día de San Valentín. Mala suerte en la actualidad, ya que no es uno de sus días preferidos del año.
Siempre fue muy deportista, pero nunca supo que, aún enamorada del fútbol, el balonmano sería su media naranja. Esto sucedió cuando su mejor amigo, acordó un enlace convenido con dicho deporte, del cual aún sigue de la mano, diez años después.
Peca de no ser muy familiar y al mismo tiempo, de depender de ellos. La familia y los amigos, sus dos pilares. La timidez y la inseguridad, sus dos debilidades.
Es una apasionada de la música y la lectura, de las sudaderas y las zapatillas, de los viajes y las fotos, de la paella y la coca-cola y de las sonrisas. Sobre todo, de las SONRISAS.

La fotografía fue tomada unos meses atrás en Granada, particularmente en la Alhambra. Viaje en el que disfrutó como una enana junto a sus padres.

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