Esta mascota de pelo alborotado y dientes largos es el
componente esencial del equipo. Desde su llegada, las derrotas se han
convertido en victorias, las quejas en aplausos y las penas en alegrías.
Es zurdo, de origen francés aunque domina nuestra lengua y
lleva el número nueve a la espala.
¿Cómo llegó hasta nosotros?
El equipo necesitaba un ‘algo’ y ese ‘algo’ se encontraba
entre multitud de cojines, lana, camisetas, pantalones, pelotas, rotuladores,
agujas e hilos.
Con una goma se hizo la forma de la cabeza y con una
camiseta y un pantalón se logró cubrir el ‘desnudo’ del que en un futuro
tendría como nombre Pancho. Los rotuladores sirvieron para decorar su
vestimenta de tal forma que fuese igual que las equipaciones, pero sobre todo,
para darle expresión a su rostro. La aguja e hilo se usaron para coserle una
melena de lana, mientras que la pelota hacía de balón de partido.
Así fue la historia de cómo Pancho existió, llegó y enamoró.
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